La vicepresidenta primera del Gobierno opta por la equidistancia ante los ataques de Iglesias y Garzón a Felipe VI y también culpa a la jefatura del Estado.

Carmen Calvo ha sido una de las protagonistas de la polémica institucional que ha acabado por provocar una crisis inédita en democracia entre el Gobierno de España y la Jefatura del Estado. Cuando se le preguntó, a mediados de semana, por qué el Rey tenía vetado por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez su presencia en Barcelona para el solemne acto de entrega de despachos a la nueva promoción de jueces, afirmó que era una decisión que estaba “muy bien tomada“.

Consumado el feo, el pasado viernes, con la ausencia del jefe del Estado en la Ciudad Condal, la estrategia del ala podemita del Gobierno ha sido elevar la tensión con la Corona, acusando al Rey de falta de “neutralidad política”. 

Fuente: EsDiario

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